La Posada de Antrialgo es un pequeño hotel rural de tan sólo cuatro habitaciones. El actual edificio, construido sobre la base de una antigua casa rural a mediados del S. XX, es un ejemplo atípico en el entorno rural. De lineas sobrias, claramente Racionalistas, sólo guarda relación con su entorno en sus elementos de construcción: piedra de río y madera de castaño y roble, materiales típicos en las casa tradicionales asturianas. Esta "anomalía", si es que puede llamarse así, se debe a la influencia indiana, ya que fué diseñada como casa de veraneo para la familia de Alfredo Díaz, emigrante afincado en Guadalajara, Méjico. De lo que era este conglomerado de casas partieron, a principios del s. xx, familias enteras hacia América en busca de mejores condiciones de vida. La familia Díaz Torre fué una de ellas.